Justo el pasado martes, el Banco Santander emitió una
nota de prensa a través de la cual anunciaba su nueva estrategia con respecto al reparto de dividendos.
Concretamente su título rezaba:
Santander anuncia una retribución al accionista de 1.700 millones de euros que incluye dividendo a cuenta en efectivo y recompra de acciones
Es decir, si eres accionista del SAN, que sepas que recibirás en Noviembre un dividendo de 0,0485€ brutos (0,0392€ netos) por cada acción que poseas en cartera.
Muchos jubilados de nuestro país son accionistas de la entidad desde hace años y todos tenemos algún familiar que está atrapado en el valor con pérdidas superiores al 50%.
Aunque parezca mentira, el que anuncien que les va a caer un nuevo dividendo les hace dormir mejor por las noches porque siempre les ha gustado recibir cada x meses una “paguita” en sus cuentas.
Vamos, como el que recibe rentas inmobiliarias…
Pero hay un detalle que muchos “inversores” no tienen en cuenta (por desconocimiento) y es que se creen que el dividendo sale del aire y realmente el dividendo sale de la propia compañía.
Cuando una empresa paga un dividendo, en ese mismo momento se descuenta el pago del dividendo del valor de la empresa.
Voy a dejarlo más claro con un ejemplo…
Si el Santander paga en dividendos 1.700 millones de euros y su valor en bolsa es de 50.000 millones, el día que pague ese dividendo, su valor en bolsa será de 48.300 millones y se descontarán esos 0,0485€ de la cotización de la acción del día del pago del dividendo.
Y por último y no menos importante….. cuando recibimos un dividendo, nuestra querida amiga Hacienda retiene directamente un 19% del mismo que va a cuenta para nuestra declaración de la renta del año.
O sea, que para variar, se queda un dinero por el camino y nuestra inversión vale menos.
A mí personalmente no me convence demasiado.
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Nota 2: Soy consciente que poniendo un poco a caldo la inversión por dividendos me puedo ganar más de un/a
[email protected], pero para gustos los colores.